Androcentrismo: La ciencia es esencialmente machista
- Vero Pastor
- 6 jun
- 3 Min. de lectura
SI amiga, la ciencia también.
El cuerpo masculino como estándar
Durante siglos, la ciencia ha mirado al cuerpo femenino como una anomalía. Un “desvío” del modelo estándar: el masculino.
Y esto no es solo una metáfora. Literalmente, se construyó el conocimiento médico excluyendo a las mujeres de estudios, ensayos clínicos y espacios de toma de decisiones.
El resultado lo vivimos todas; diagnósticos erróneos, medicalización de procesos naturales / fisiológicos, diagnósticos sumamente tardíos (como el caso de la endometriosis), procedimientos dolorosos y largos más.
En este newsletter traigo una pequeñísima parte de la cruel historia que pesa sobre los cuerpos femeninos y cómo la invisibilización y el desconocimiento aún marcan la salud y la sexualidad de las mujeres.
Un poco de contexto histórico…
James Marion Sims, el llamado “padre de la ginecología moderna”, basó su carrera médica en experimentos con mujeres esclavizadas sin anestesia. Pues quién se iba a quejar?
A Anarcha, una de ellas, le realizó más de 30 cirugías sin anestesia.
Hasta hace unos años (2018), la estatua de este señor estaba en pleno Central Park, hasta que se hicieron protestas y la sacaron.
Podemos decir que la ginecología moderna se construyó sobre el dolor de mujeres negras.
Y el lenguaje médico sigue cargado de símbolos patriarcales:
Las trompas de Falopio, el punto G, las glándulas de Bartolino... Todo lleva el nombre de un varón que lo “descubrió”.
Recién en 1998 (creo que yo ya estaba en el liceo), la uróloga Helen O’Connell mapeó por primera vez el clítoris completo y su única función conocida: el placer.
Hasta entonces, el placer femenino nunca había sido estudiado. Gracias Helen.

Hasta 1993, en EE.UU., se permitía legalmente excluir a mujeres en edad fértil de los estudios clínicos, bajo la excusa de que sus ciclos hormonales “interferían” en los resultados. Osea, les complicábamos el trabajo a esta gente.
En otras palabras:
El cuerpo masculino era el modelo estándar. El femenino, una complicación.
Esto no solo afecta la representación, sino la salud:
Enfermedades como la endometriosis siguen teniendo años de demora en su diagnóstico.
Se sobreprescriben anticonceptivos como solución universal a cualquier irregularidad menstrual.
Se patologizan procesos naturales como la menstruación, el parto o la menopausia.
Enfermedades cardiovasculares: Las mujeres tienen síntomas distintos a los de los hombres y, por eso, los infartos femeninos muchas veces no se reconocen a tiempo.
Dosis incorrectas de medicamentos: Muchos fármacos se diseñan en base al peso y metabolismo masculino, lo que aumenta el riesgo de efectos adversos en mujeres.
Traigo esta data, primero, porque me parece increíble (o no). Y además, porque ayuda a entender muchas de las experiencias que vivimos, sobre todo en el ámbito de la ginecología: sentirnos poco escuchadas —como mínimo—, no encontrar alivio real a lo que nos pasa, o que las soluciones que nos proponen estén muy lejos del cuidado que queremos darle a nuestro cuerpo.
Y porque ya sabemos que visibilizar lo que nos duele, es fundamental para construir otros mundos.
Sin una ciencia que nos incluya, no puede haber una medicina que nos cuide.
Este topic será parte de un nuevo proyecto que en breve verá la luz. Un podcast sobre salud femenina “Existencia Soberana”
Si llegaste hasta aquí, muchas muchas gracias por leerme. Te felicito por ese grado de concentración tan poco frecuenta ja.
Y si tenés ganas de responderme, feliz de leerte.
Con amor,
Vero
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